Introducción y aspectos generales
A
medida que pasa el tiempo, las organizaciones, principalmente las de
gran tamaño, se apoyan, cada vez más, en las tecnologías de información
para realizar y controlar sus operaciones.
Los
sistemas de información utilizados pueden ser simples o complejos,
dependiendo de varios factores como: la cantidad de operaciones, el
tamaño de la empresa, la dispersión geográfica de los centros de trabajo
que la conforman, etc. En este sentido, conviene señalar que la mayoría
de los sistemas y el software que existe en la actualidad tienen una
arquitectura basada en el concepto ERP (Enterprise Resource Planning,
Planeación de Recursos Empresariales), SCM (Supply Chain Management,
Administración de la Cadena de Abastecimiento), CRM (Customer
Relationship Management, Administración de Relaciones con los Clientes) y
BI (Business Intelligence, Inteligencia de Negocios), cada una tiene
una serie de módulos, cuyas operaciones son registradas en una base de
datos central, a la cual se accede por medio de una red, desde lugares
remotos, independientemente del lugar donde operen; todo lo anterior,
bajo la denominación genérica de e-Business. Algunos de los módulos son
los de recursos humanos, adquisiciones, almacenes, tesorería, ventas,
proyectos de inversión, presupuesto y contabilidad.
Ante
este entorno, los auditores no pueden ser ajenos a la evolución
tecnológica y, por lo tanto, tienen que crear esquemas o mecanismos de
auditoría de acuerdo con las circunstancias y apoyarse con estos medios.
Por ello, las áreas de auditoría están incorporando auditores
especializados en tecnologías de información, quienes, además de revisar
aspectos técnicos como los procedimientos y desempeño de los centros de
cómputo, seguridad de la información y desarrollo de sistemas —entre
otros—, participan en las revisiones de las operaciones del negocio y en
el desarrollo de monitoreos junto con otros auditores, apoyándolos de
manera alternativa, así como en la construcción de sistemas
especializados para responder a las necesidades de administración de la
propia área y de la ejecución del proceso de auditoría interna.
En
la actualidad, se cuenta con una gran variedad de software, tanto para
la administración del área de auditoría como para la extracción y
análisis de datos, monitoreo continuo de las operaciones, administración
de riesgos, de cumplimiento con la Ley Sarbanes-Oxley (SOX), etc. Al
contar con esta gama de herramientas, el departamento de auditoría
cuenta con la flexibilidad necesaria para aplicar la mejor tecnología a
cada tarea específica, dependiendo también de diversos factores y de la
complejidad, objetivos, alcances y tareas a lograr por cada revisión.
Algunos
de los puntos básicos que consumen una considerable cantidad de tiempo
del grupo de auditores son, precisamente, los relacionados con la
revisión de los aspectos normativos, los cuales presentan una gran
oportunidad para incrementar la productividad en la auditoría, ya que
pueden automatizarse. Esto permite a los auditores dedicar mayor tiempo a
otros aspectos que deben generar propuestas de alto valor.
En
este sentido, los auditores pueden utilizar software especializado
sistemas con el propósito de analizarla y verificarla, principalmente,
en cuanto al cumplimiento normativo. De hecho, este enfoque es
considerado una mejor práctica por The Institute of Internal Auditors
(IIA), organización que cada año realiza una encuesta sobre el uso de
este tipo de herramientas, la que refleja un importante incremento en su
uso.
Por
otra parte, la Ley SOX que regula a las empresas que cotizan en la
Bolsa de Valores de los Estados Unidos de Norteamérica, y las obliga a
contar con sistemas de control interno robustos, ha propiciado que
muchas de éstas opten por implementar controles internos basados en el
Modelo COSO, mismo que considera dentro de los elementos de control a
los procesos de autoevaluación o CRSA (Control Risk Self Assessment),
dentro del que incluimos al monitoreo, el cual se puede llevar a cabo
mediante el diseño y uso de procedimientos automatizados. En
consecuencia, el desarrollo de este concepto ha traído grandes
beneficios en los últimos años, tanto a las áreas operativas, como a la
propia área de auditoría, por lo que consideramos importante compartir
estas experiencias.
La
auditoría de monitoreo continuo está compuesta de procedimientos de
auditoría automatizados, diseñados para recabar información en línea
directamente de las bases de datos de los sistemas de información, con
el propósito de evaluar las operaciones de la organización y el grado de
cumplimiento de la normatividad externa e interna.
Su
implementación consiste en la evaluación del control interno de las
operaciones para identificar riesgos, y con base en estos, diseñar los
procedimientos automatizados de auditoría, que permitan formular
propuestas para administrar estos riesgos y realizar revisiones
periódicas a estas operaciones, para vigilar su cumplimiento tanto por
la misma área como por auditoría interna.
A juicio del auditor en TI se seleccionan las herramientas que mejor se adapten al tipo de sistema que se va a auditar.
A continuación se presenta el funcionamiento conceptual de este tipo de auditorías (gráfica 1).

Desarrollo del monitoreo
La gráfica 2 presenta los elementos y las actividades a realizar para desarrollar el esquema de monitoreo continuo.

Para
iniciar los trabajos se debe contar con auditores de perfil informático
y experiencia en el proceso a revisar, así como una capacitación
continua sobre herramientas y lenguajes informáticos, ya que, por lo
general, es necesario conectarse a las bases de datos que contiene la
información a revisar. Asimismo, se requieren auditores financieros u
operacionales de preferencia con la especialidad de los procesos a
revisar, para dirigir y explotar al máximo la información.
Adicionalmente,
se necesita acceso a la red, licencias de software y claves de usuario
con permisos de consulta a los sistemas. Lo anterior, permite mantener
independencia del área de auditoría, respecto de las áreas usuarias e
informáticas, al tener acceso directo a los lugares donde se almacena la
información. Una vez satisfechas estas condiciones, se deben realizar
las actividades siguientes:
Análisis del proceso seleccionado e identificación de riesgos.
Es
importante evaluar y conocer el proceso para identificar los riesgos y
los puntos de control que los mitiguen. Asimismo, la normatividad que
regula el proceso para ser incluida en el análisis realizado, ya que
contiene las condiciones a las que se apega el proceso y las
desviaciones que pueden convertirse en excepciones, debilidades o
deficiencias de control.
Definición y diseño de monitoreo.
Una
vez identificados los riesgos, se puede realizar el modelo conceptual
del monitoreo, a partir de las debilidades identificadas y contemplando
los controles existentes en el proceso.
Posteriormente,
se diseña el monitoreo en sí, analizando el procesamiento y la
arquitectura de la información, así como el registro informático de las
operaciones. A partir de todo lo anterior, se desarrollan los
procedimientos automatizados, determinando las consultas a realizar y
los parámetros a cumplir.
Obtención de herramientas informáticas.
Una
vez concluido el diseño, se puede identificar la herramienta a utilizar
de manera individual o combinada. A continuación se mencionan algunas:
—Paquetes de auditoría (ACL, IDEA Fastsearch, etcétera).
—Módulo de auditoría de SAP (AIS).
—Herramientas de extracción y análisis de información
(Business Objects, Access, etcétera).
—Paquetería genérica (Microsoft Office).
—Utilerías de bases de datos (Oracle, SQL Server, etcétera).
—Lenguajes de programación (C++, ABAP de SAP, Visual
Basic, etcétera).
Desarrollo de aplicaciones.
Una
vez seleccionadas las herramientas y diseñado el monitoreo, se procede a
construir la aplicación y crear los procedimientos automatizados de
auditoría, realizando las pruebas sistémicas correspondientes.
Liberación del monitoreo.
Al
concluir el desarrollo, se deben realizar las pruebas operativas
necesarias a los procedimientos creados, con la finalidad de verificar
la oportunidad y la operación, adecuarlas según sea el caso y capacitar
al personal sobre la operación de la solución desarrollada.
Puesta en producción.
Finalmente,
los procedimientos se ponen a disposición de las áreas operativas y de
los auditores para que los utilicen en el desarrollo continuo de sus
revisiones.
Procedimiento general para la ejecución de auditorías de monitoreo
Una
vez liberado el sistema de monitoreo, se realizan revisiones periódicas
sobre la información de los sistemas, desarrollando las siguientes
actividades:
Ejecución de procedimientos automatizados de monitoreo sobre la totalidad de las operaciones. Esta
actividad es utilizada, principalmente, para obtener la información del
universo y poder detectar posibles desviaciones o indicios de
deficiencias de control de acuerdo a los monitoreos realizados.
Determinación del alcance de la auditoría. Una
vez definido el universo, se seleccionan las operaciones o las
condiciones de los registros a las que se les darán énfasis durante la
revisión. Lo anterior con la finalidad de acotar las transacciones a
revisar y cumplir con los objetivos y alcances planteados en la
auditoría.
Obtención de reportes de cumplimiento normativo o desempeño de las operaciones. Esto
se refiere a la obtención de la información a evaluar para verificar el
cumplimiento normativo o el correcto desempeño de las actividades por
parte de las áreas operativas.
Análisis de los reportes e investigación de causas. Se
documenta y se integra el análisis de los componentes del problema
hasta determinar la causa que originó la desviación, para lo cual es
necesario definir el problema, determinar el impacto, la evidencia y,
con base en la causa, determinar la recomendación que elimine la causa y
nos ayude a eliminar o administrar el riesgo y, por consiguiente, a
acabar con el problema. Si las desviaciones detectadas no fueron
corregidas
durante la auditoría, se formalizan las recomendaciones correspondientes.
Seguimiento de las acciones de corrección, prevención y mejora. Se
ejecutan los procedimientos automatizados para verificar que se hayan
realizado las correcciones necesarias en los controles y que los errores
detectados sean subsanados.
La
aplicación de estos procedimientos debe tener una periodicidad
determinada, principalmente por la naturaleza y riesgos de las
operaciones revisadas, misma que puede ser establecida por el historial
de hallazgos y las tendencias que han presentado estas operaciones.
Algunos
ejemplos de las transacciones que son susceptibles de verificar por
este método, las cuales dependen de las operaciones de cada negocio,
pueden ser:
Nóminas y recursos humanos. Cálculo
de la nómina y descuentos al personal, su registro contable y depósito
bancario en cada una de las cuentas de los empleados; número de jornadas
laboradas y pagadas; tiempo extra; préstamos y su recuperación;
viáticos, personal en nómina, controles de asistencia, jubilaciones,
liquidaciones, y otros conceptos.
Adquisiciones e Inventarios. Disponibilidad
presupuestal; solicitudes de cotización enviadas y recibidas; tendencia
de precios; adquisiciones por año, proveedor, grupo y tipo de compras y
comprador; por tipo de compra, modificaciones a pedidos; anticipos,
pagos, devoluciones, circulación de saldos, etcétera.
Almacenes. Recepción
de bienes, de acuerdo con lo solicitado, movimientos de los bienes en
el almacén, antigüedad del inventario, identificación de bienes de lento
movimiento y situación de las mercancías en tránsito, etcétera.
Contabilidad y Finanzas. Desviaciones
en la aplicación contable; comparación de importe entre montos
contratados y pagados; transferencias y posiciones de caja;
conciliaciones bancarias, validación del cálculo de la depreciación y
amortizaciones, ministración de fondos, control de inversiones y
rendimientos por instrumento financiero, etcétera.
Beneficios
Identificación de riesgos. Diagnóstico
oportuno del riesgo a que están sujetas las operaciones de la
organización, ya que se analiza el proceso y la normatividad
correspondiente.
Cobertura total del universo a revisar y en menor tiempo. Es
posible revisar todas las transacciones realizadas, directamente, en
los registros del sistema, lo cual se ejecuta rápido y se obtienen
reportes de excepciones para su análisis.
Efecto disuasivo al tener presencia vía electrónica en las áreas de registro de los centros de trabajo. Derivado
de la oportunidad creada al revisar la mayor cantidad de transacciones y
el tiempo reducido, se actúa rápido para solucionar la desviación. Los
usuarios, al percatarse de esta situación, ponen más atención a las
labores que realizan. En el caso de la Banca existen desarrollos que
reportan excepciones en línea al momento que se generaba en cualquier
área ó sucursal, proporcionando alertas para su atención inmediata; por
ejemplo, préstamos, cambios de moneda por arriba de los límites
permitidos, etcétera.
Enfoque de procesos. Permite
revisar las operaciones desde su inicio hasta su conclusión,
privilegiando el cumplimiento normativo y validando la efectividad y
eficacia del proceso.
Mayor oportunidad y credibilidad en la detección de posibles desviaciones, abandonando en lo posible el muestreo. Este
esquema permite evaluar, de modo rápido, el universo y enfocarse a las
desviaciones, lo cual hace que disminuya la utilización del muestreo
estadístico como base de la revisión y para la elaboración de
conclusiones.
Incrementa la independencia del auditor respecto de las áreas, tanto informáticas como usuarias. Al tener acceso directo a la información, los auditores no tienen que esperar que las áreas usuarias o informáticas la envíen.
Mayor seguridad, precisión y objetividad en los resultados. Debido
a que los procedimientos son automatizados garantizan que los
resultados mostrados son los registrados en el sistema auditado.
Proporciona información para la ejecución de auditorias especificas. Mediante este esquema se puede dirigir la selección de la información por alguna característica en particular.
Valor agregado a las revisiones y a la función. Los
hallazgos y la precisión que se puede tener de las desviaciones,
permiten que la función de auditoría agregue mayor valor, mediante una
mejor determinación de las causas que las originaron derivado del
análisis del problema, según se comentó en párrafos anteriores.
El
auditor deberá estar al tanto de los cambios que se realicen a los
sistemas, para evitar que los procedimientos automatizados se vuelvan
obsoletos, al perder la compatibilidad con las nuevas versiones de
sistemas. En este caso, el auditor deberá participar en los grupos de
trabajo que realicen las modificaciones a los sistemas, con el propósito
de conocer los cambios a éstos y verificar en que grado afectan los
controles establecidos originalmente y, si es necesario, proponer
nuevos, así como modificar los procedimientos automatizados de
auditoría.
Conclusión
Las
áreas de auditoría deben enfatizar en evolucionar al mismo ritmo
tecnológico que lo hacen sus empresas y continuar creando los esquemas y
mecanismos necesarios con el apoyo de las tecnologías de información
para mantener la independencia de las áreas usuarias e informáticas.
Para
lograr lo antes descrito, el auditor, entre otras herramientas de
apoyo, cuenta con el esquema de auditoría de monitoreo continuo de las
operaciones, cuyo concepto puede aplicarse en cualquier organización,
sin importar el tamaño de ésta o las tecnologías de información que
utiliza.
Las
grandes ventajas de este esquema son que se aplica con mayor
oportunidad a todo un universo para determinar las excepciones a
revisar, lo que redunda en un mejor análisis y en la eficacia y
eficiencia del trabajo del auditor.
C. P. Héctor Aguiñaga Pérez
C. P. Estanislao Sánchez y López
Ing. Gabriel Iñesta Ocampo
Fuente: Revista Contaduría Pública www.contaduriapublica.org.mx del Instituto Mexicano de Contadores Públicos www.imcp.org.mx
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