Cerca de las 22.30 del sábado, aprovecharon que un repartidor de pizza entregaba un pedido al sereno de la Escuela Superior de Higiene y Seguridad Industrial, que está ubicada en el primer piso del edificio donde se encuentra el banco y tomaron como rehén al hombre, a su hijo y un indigente que duerme en la puerta del banco.
En tan sólo unos segundos, desactivaron las cámaras de seguridad. Además, anularon los sensores de movimiento en los lugares por los que debían pasar y apagaron los detectores anti sísmicos, que registran las vibraciones.
Pero lo que más intriga a los detectives es saber cómo inutilizaron el sistema principal de alarma. Una primer teoría es que podrían haber usado la técnica del espejo: un sistema altamente complejo que consiste en averiguar la frecuencia y el código con el que se comunica el sistema de seguridad para duplicarlo. Luego, lo reemplazan y desconectan el verdadero. De esta manera, cuando el sistema se rechequea, no hay cambio aparente.
"Fue un trabajo muy profesional y planificado", aseguró el jefe de Prensa de la Policía Federal, Néstor Rodríguez. Por eso, los investigadores apuntan a que los delincuentes son muy profesionales.
Por ahora, los únicos rastros de los ladrones son dos: el mensaje que le dejaron a los detectives en una pared, que rezaba "no será el robo del siglo, pero sí del milenio" y un fajo con seis mil dólares que se les habría caído al salir.
Fuente: www.tn.com.ar
lunes, 12 de abril de 2010
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